El efecto adverso de algunos alimentos
El único efecto malo de algunas comidas no solo es engordar. Un reciente estudio de la
Universidad de Montreal encontró que algunos alimentos, consumidos en exceso, pueden afectar el correcto funcionamiento del cerebro, especialmente de las zonas asocidadas a la memoria y el razonamiento o inteligencia.
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La lista de alimentos la encabeza el azúcar, que además es causante de otros males como la diabetes. El consumo persistente de azúcar puede crear problemas neurológicos e interferir con la capacidad de aprender.
Desafortunadamente los edulcorantes artificiales también tienen fectos nocivos sobre la capacidad cognitiva, por lo que los expertos recomiendan reducir el consumo de dulces y azúcares al mínimo indispensable y usar alternativas más sutiles como la vainilla y la canela.
El alcohol en exceso también es una opción a descartar. Además de los daños que causa al hígado, la ingesta abundante de licor puede provocar lo que se conoce como 'niebla cerebral', que incluye una sensación de confusión mental y afecta la capacidad de razonamiento y la memoria.
Un ejemplo típico es lo que se conoce como 'borrada de casete' o 'laguna mental' que aparece tras una noche de excesos. Aunque estos efectos son reversibles dejando de beber, los expertos sugieren limitar el consumo a una o dos bebidas alcohólicas por semana.
Los expertos también recomiendan limitar la cantidad de sal que se pone en los alimentos, pues además de afectar la presión arterial y las funciones coronarias, las altas cantidades de sodio pueden afectar la capacidad cognitiva. Adicionalmente, tienen un poder adictivo similar al de la nicotina y citan como ejemplo las papas fritas con sal: quien come una generalmente no para hasta terminarlas.
Y, por supuesto, las grasas trans, que afectan la capacidad de respuesta y los reflejos del individuo. Incluso algunos estudios han señalado que el consumo por períodos prolongados pueden dar lugar a una contracción cerebral similar a la que causa el Alzheimer.
Comer inteligente, la solución
Para ayudar a mejorar las funciones cerebrales, hay varios alimentos que son recomendados. Los huevos, por ejemplo, contienen un compuesto llamado colina que es esencial en el funcionamiento del cerebro.
La remolacha, con su monofosfato de uridina, favorece la función de contacto entre las terminaciones nerviosas del cerebro, lo que se traduce en un aumento en la velocidad de respuesta.
Y finalmente los pescados azules como atún, sardinas, anchoas y salmón, ricos en omega 3, pueden ayudar a mejorar el coeficiente intelectual de las personas.
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